Durante la noche de ayer, las
Oficinas de UNICEF de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay iniciaron la campaña
digital #FinAlMaltrato: Detengamos el maltrato infantil, la cual pretende
generar conciencia en la población con el fin de erradicar la violencia contra
los niños, niñas y adolescentes y provocar un cambio cultural en los adultos.
La campaña consiste en cuatro
videos filmados en lugares públicos emblemáticos de Buenos Aires, Santiago,
Asunción y Montevideo, donde estatuas humanas simulan situaciones de maltrato
infantil perpetradas por adultos. La plataforma de esta iniciativa es un sitio
web interactivowww.hazquesedetenga.com,
cuyos contenidos serán difundidos a través de redes sociales (Facebook,
Twitter, Youtube e Instagram) y mediante folletos informativos.
El maltrato infantil es una de
las principales preocupaciones de UNICEF en Latinoamérica. Sólo una pequeña
parte de estas vulneraciones son denunciadas a la justicia, investigadas por los
organismos competentes y pocos agresores son procesados. La violencia doméstica
se esconde en el espacio privado, afecta a todos los estratos sociales y no se
denuncian por miedo, vergüenza o porque está naturalizada a nivel social.
En Chile se requiere una ley que
garantice los derechos de los niños, prohibiendo toda forma de maltrato
infantil, ofreciendo respuestas articuladas y coordinadas de las instituciones
de prevención y reparación, y el apoyo de los medios de comunicación. Según
cifras de UNICEF Chile (2012), el 71% de los niños, niñas y adolescentes
manifiesta que recibe algún tipo de violencia por parte de sus padres. El 25,9%
manifiesta que sufre violencia física grave; y el 29,8% manifiesta tener padres
que se agreden.
En Argentina, el nuevo Código
Civil –que entrará en vigencia en agosto de 2015– prohíbe expresamente el
castigo corporal hacia los niños por parte de sus padres o cuidadores. No
obstante, la desnaturalización del uso de métodos violentos en la crianza
requiere del compromiso y trabajo articulado de las instituciones protectoras
de la infancia y la comunidad en general. Según cifras de la Encuesta de
Condiciones de Vida de Niñez y Adolescencia (2011-2012) revelan que el 65,2% de
los padres reconoció haber agredido sicológicamente a sus hijos. En tanto, el
46,4% utilizó el castigo físico para disciplinar a sus hijos y 1 de cada 10
padres ha aplicado castigos físicos severos.
Por su parte, Paraguay tiene como
desafío desnaturalizar el maltrato como forma de disciplina y proporcionar nuevas
formas de educar sin violencia. Según datos de UNICEF Paraguay (2010), del
total de niños y adolescentes, el 61% ha sido víctima de algún tipo de maltrato
por parte de familiares cercanos; el 53,4% considera que el castigo es útil
para su propia formación; y el 35% ha recibido violencia física grave.
En 2007 el Parlamento Nacional de
Uruguay aprobó una Ley que prohíbe el castigo físico y humillante hacia los
niños por parte de sus padres o cuidadores (Ley Nº 18.214). Sin embargo, el uso
de métodos violentos en la crianza de los niños y las niñas al interior de las
familias sigue naturalizado. Así lo vienen reflejando las distintas
investigaciones realizadas en el país por el Ministerio de Desarrollo, la
Encuesta Nacional de Prevalencia de Violencia basada en Género y Generaciones
(2014) y los informes del Sistema Integral de Protección a la Infancia y la
Adolescencia, entre otros. UNICEF se encuentra trabajando en conjunto con
organizaciones del Estado y de la sociedad civil para producir nueva información
que permita dar mejor respuesta a esta problemática.
FORMAS DE MALTRATO INFANTIL
El Artículo 19 de la Convención
sobre los Derechos del Niño expresa que “es obligación del Estado proteger a
los niños de todas las formas de malos tratos perpetrados por padres, madres o
cualquiera otra persona responsable de su cuidado, y establecer medidas
preventivas y de tratamiento al respecto”.
La violencia contra niños, niñas
y adolescentes constituye una de las vulneraciones más grandes a sus derechos
humanos cometidas por los padres y/o adultos a cargo. En muchas ocasiones, el
uso de métodos violentos durante la crianza se debe a la repetición de los
modelos que recibieron los adultos durante su infancia, por lo que les resulta
normal replicarlos.
El maltrato infantil afecta la
salud física y mental, pone en riesgo la capacidad de los niños para aprender y
socializar, y afecta el desarrollo afectivo y relacional a lo largo de sus
vidas. Un niño agredido por alguien a quien ama afecta su autoestima y
confianza en sí mismo y en los demás.
Las formas de violencia más
comunes son:
Psicológica: Gritos,
insultos o burlas frente a terceros, no hablar por un periodo largo, amenazas
de golpes, lanzar algún objeto o encerrar al niño, niña o adolescente.
Física Leve: Lanzar objetos,
tirar el pelo u orejas, empujar o zamarrear, dar cachetadas o palmadas.
Física Grave: Pegar con el
puño; mordiscos; patadas; quemar con algún objeto, agua caliente o cigarro;
golpes con las manos o con objetos; amenazas con armas; utilizar cuchillos para
agredir al niño, niña o adolescente.